Francia y Alemania abogan porque la UE abandere la próxima revolución industrial: la de las renovables

21/05/2013

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Francia y Alemania lo tienen claro: la próxima revolución industrial y tecnológica la protagonizarán las energías renovables y la UE debe estar a la cabeza, con ambos países como abanderados. Así lo han manifestado Peter Altmaier, ministro de Medio Ambiente alemán, y Delphine Batho, su homóloga francesa, a través de una carta en el diario francés Le Monde.

A su juicio, Europa ya perdió la carrera de las últimas innovaciones a manos de EEUU y Japón, por lo que es importante permanecer en la vanguardia “de la nueva ola de innovaciones de las tecnologías de la energía y del medio ambiente, en mercados en los que el volumen se doblará en la próxima década”.

Francia y Alemania quieren abordar la nueva era energética desligando el crecimiento y el consumo de la limitación de recursos. “Una política energética común es decisiva para asegurar la competitividad de Europa. Uno de los objetivos importantes de la transición energética es reducir la dependencia de los europeos de las importaciones de energía”, señalan ambos ministros. Y añaden que más del 50% de las necesidades energéticas de Europa se cubren con importaciones procedentes de países que no son de la UE, por lo que hay que reducir esta proporción para “aumentar la creación de valor y de empleo” en el continente.

Altmaier y Batho defienden el establecimiento de un objetivo en energías renovables para 2030 que sea vinculante, con el fin de movilizar las inversiones necesarias a tiempo. Y han decidido crear un “club de estados” que asuma protagonismo en esta transición energética hacia las energías renovables.

Francia tiene como objetivo reducir la proporción de energía nuclear del 75% al ??50% en 2025, y en 2020 producir alrededor del 23% de la electricidad a partir de fuentes renovables. Alemania, por su parte, quiere generar al menos el 50% de su electricidad con energías renovables en 2030.

La postura de los dos principales países de Europa choca frontalmente con la política del Gobierno español. Aunque España es líder mundial en la, hoy por hoy, tecnología renovable más competitiva, la eólica, las medidas adoptadas por el Ejecutivo han puesto en jaque su futuro. Si Europa ha de liderar la revolución industrial de las energías renovables, España haría bien en reclamar su espacio, para lo que es necesario no tirar por la borda el trabajo y la inversión de los últimos veinte años. Se trata de una oportunidad histórica.

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